Coronavirus
Coronavirus
Arturo
era ingeniero en eco parques, gracias a él y al diseño de su novia Andrea la compañía
donde ambos trabajaban ganó un contrato millonario nada menos que para hacer un
parque de ocho hectáreas en China. Para celebrarlo Arturo la invitó a uno de
los mejores restaurantes de la ciudad. Aunque era motivo de festejo, Andrea parecía no estar contenta.
-
Tenemos que hablar
-
¿Ahora que hice?
-
Arturo, no te hagas güey
-
Pues no, ¿dime que sucede?
-
Ocho años
-
Vamos de nuevo con eso
-
Arturo, ¡Acabo de cumplir treinta años hace un
mes! Quiero que me digas a donde va todo esto.
-
Va a que nos vamos a China en unos días,
estamos teniendo éxito y acabamos de cerrar un súper contrato.
-
No me es suficiente.
-
Nada parece serlo.
-
Solo quiero una relación que vaya a un sitio.
-
¿Qué quieres que te diga?
-
Solo dime si estás pensando en que nos casemos.
– Arturo se quedó pensando
-
Te parece si regresando de China lo platicamos.
El
siguiente lunes volaron a China. Fue a recibirlos al aeropuerto un ingeniero, a
quien los chinos le decían El Inglés y habían contratado para que revisara con
ellos todos los detalles de la obra. Iban a construir un edificio subterráneo
de ocho pisos que en la azotea, a la altura de la calle, tuviera un parque ecológico.
Andrea sabia de todo esto.
-
Hello, yo
soy Bryan and Im gonna be your busssines
partner. Lo que necesiten pueden pedírmelo. Mr Wu quiere tener su parque en twelve
months.
-
Hi
Bryan! Im Andrea and this is the Engineer Arturo.
-
Pueden hablar en español, dijo Arturo molesto
por la forma en que Andrea le contesto a El Inglés.
-
¿Tú eres mexicano? Le dijo El Inglés a Arturo,
Pero tú no verdad, le dijo a Andrea, tomándola de la mano. Ella solo sonrió.
Se
hospedaron en el hotel Península, que era el mismo hotel donde estaban todos
los ingenieros de la empresa y también Bryan.
-
Dinner, la
cena se sirve a las seis de la tarde. Es importante que estén en el comedor, no
hay servicio después.
-
Bryan, ¿sabes dónde puedo comprar cigarros?
-
Si, podemos ir al lobby.
-
Amor, regreso, voy por unos cigarros, dicho
esto desapareció con El Inglés por el pasillo
Pasaron
los días y Arturo se dedicó a afinar los detalles de la construcción, revisar
el terreno y volver a calcular todas las estructuras para el parque,
instalaciones de agua y drenaje; por su parte Andrea estuvo conociendo con El
Inglés todos los detalles del jardín que el señor Wu quería para su parque.
Arturo
no era celoso, nunca lo había sido. Pero se daba cuenta que El Inglés estaba
pasando todo el día con ella.
-
Puedo decirte algo, le dijo Bryan un día que lo
topo en el baño y mientras cada uno orinaba
-
Dime, le dijo Arturo
-
Creo que no te gusta que abrace a Andrea
-
Te diré la neta; no me gusta
-
¿Pero porque?
-
Bueno, a los mexicanos nos da miedo perder a
nuestra chica, que nos la bajen
-
No tienes nada que temer Arturo, Andrea es mi
amiga, dicho esto se lavó las manos y se despidió. ¡Suertudo!, le dijo desde
afuera del baño.
-
Pendejo, dijo Arturo.
-
Sé lo que dijiste, le contestó El Inglés desde lejos.
Habían
pasado solo diez días de su llegada a China cuando ocurrió la noticia, cuando
los dos quisieron salir del hotel el guardia les indico que debían ir al Lobby.
Un hombre del gobierno chino les indico que deberían aguardar en el hotel, una
emergencia sanitaria, un virus contagioso se había hecho presente. Les sugerían
ponerse en contacto con sus embajadas, y no abandonar el hotel. Dicho esto el
funcionario se fue.
Todos
los huéspedes hicieron llamadas de inmediato a sus respectivos familiares y
embajadas. El Inglés fue a hablar con Arturo y Andrea,
-
Arturo, veo difícil que sus embajadas vengan
por ustedes. Porque no nos acompañan a Londres; mañana vendrá un avión, somos
cien empleados y la compañía enviara un avión por nosotros
-
No creo que podamos Bryan, Andrea quiso
intervenir pero desistió. Sera mejor esperar las instrucciones de nuestra embajada,
dicho esto tomo de la mano a Andrea.
-
Gracias Bryan, dijo Andrea, mientras le soltaba
la mano a Arturo.
Al
día siguiente la embajada de México se comunico
-
¿Es usted el ingeniero Arturo?
-
Si señor embajador
-
Bueno, soy el cónsul en Shanghái, sabemos de
ustedes, solo queremos decirles que estamos haciendo todo para sacarlos de
China. Necesitamos que nos traiga sus pasaportes
-
¿Podemos enviárselos por correo?
-
No, mejor tráigalos aquí al consulado, enviare
un vehículo por usted, necesito también me firme unos documentos
Cuando
el auto llego Arturo busco a Andrea sin localizarla, así que se fue solo al
consulado. Debido a una nueva crisis la ciudad cerro circulación de vehículos, así
que Arturo pudo salir hasta el otro día de la embajada.
Al
llegar al hotel vio que estaba vacío, los casi cien empleados ingleses se habían
marchado. Busco a Andrea, pero después de un rato pregunto en recepción y le
dijeron que también se había marchado.
Pasaron
unos dias, la emergencia sanitaria del Coronavirus paso. Andrea que no había dicho
nada desde que se fue le envio a Arturo un correo. “Arturo: espero te
encuentres bien, no supe mas de ti después del susto del virus en China. Quiero
decirte que no pienso regresar a China. No es necesario decirte que no pienso
seguir contigo, la verdad, nuestra relación no iba a ninguna parte. Tampoco a
China”
Arturo
por su parte le contesto: “Andrea: Sé que no quieres volver como ya me lo
dijiste, pero hay algo que se llama responsabilidad, y esa veo que no la
tienes. También hay algo que se llama respeto y eso tampoco, que te costaba
decirme: me voy con El Inglés, estoy aburrida de ti. Pero en fin, así fueron
las cosas. Dile al Ingles que se vaya a la mierda, que chingue su madre. PD. Que
estés bien, cuídate”
Comentarios
Publicar un comentario